Jefferies señala que la causa principal es el descenso del precio del petróleo, lo que ha llevado al gobierno a financiarse con ingresos que pueden agotarse
En su informe más reciente presenta su pronóstico más conservador para Venezuela: existe 60% de posibilidades de que el presidente Nicolás Maduro continúe en el poder, 30% de que se produzca una transición liderada desde el chavismo y 10% de probabilidades de que haya una transición donde gobierne la oposición. “Dentro de estos tres potenciales escenarios asumimos una reacción hacia políticas más favorables con la oposición, menos favorable bajo el gobierno de Maduro y favorable a medias con un régimen chavista alternativo”.
La intención de darle prioridad al pago de la deuda externa sobre las importaciones puede enfrentar una creciente resistencia en el propio gobierno a medida que se vaya profundizando la estanflación (estancamiento económico y alta inflación). “No creemos que la voluntad de pago de la deuda es constante y no asumimos que el recorte de las importaciones sea una estrategia sin riesgo alguno”, añade.
Señala que la voluntad de pago con seguridad será revisada por el gobierno, en vista del creciente descontento social. A esto se añade la existencia de ingresos no recurrentes –que son los que no provienen de la venta del petróleo sino que se obtiene por financiamientos como el de China– y que son los únicos recursos que puedan conseguirse como “alivio temporal y sin ninguna estrategia que garantice un flujo de caja sostenible”.
Jefferies considera que será difícil evitar la cesación de pagos si se continúa “quemando” el flujo de caja a un ritmo de 1 millardo y 2 millardos de dólares por mes, que proviene de ingresos no recurrentes o de las reservas en dólares.
Calcula que Venezuela deberá obtener otros 12 millardos de dólares en ingresos no recurrentes y otros 8 millardos de dólares más por venta de petróleo si permanece con los actuales precios. “El análisis de los flujos de caja sugiere una creciente preocupación por los ingresos petroleros si Venezuela agota sus activos externos”.
Pocas opciones. Anteriormente Jefferies había afirmado que el gobierno no tiene muchas opciones para reducir el déficit de divisas y evitar así el voto protesta en las elecciones legislativas. Reconoce, sin embargo, que el PSUV sí cuenta con ventajas institucionales a las que puede recurrir.
Ejemplo de estas opciones puede ser un nuevo aumento del salario mínimo y la distribución forzosa de productos de consumo del sector privado a la red de ventas públicas. Este tipo de estrategias –según la firma– puede aportar algún alivio temporal, pero “solo pospone un poco una inflación mucho más alta debido a la monetización (impresión de dinero inorgánico) y afecta mucho más la tasa de cambio en el mercado paralelo.
“Existe también el riesgo de hacer caer aún más la producción doméstica al recolocar los productos del sector privado, que funciona de manera eficiente, en el sector público que funciona ineficientemente”.
Indica que el gobierno continúa buscando fuentes “creativas” para el financiamiento de las importaciones y “quizá retardar lo más que se pueda la estrategia de contraer las compras externas”. Se refiere a las estadísticas que muestran los socios comerciales de Venezuela y que evidencian una caída de las exportaciones desde América Latina hacia Venezuela y en menor medida desde Estados Unidos y China.
La transiciónCada vez son más los reportes de las firmas internacionales que mencionan un escenario de transición en el gobierno luego de las elecciones parlamentarias. Basan sus pronósticos en diferentes encuestas. Jefferies en su más reciente informe señala que la indecisión del Ejecutivo de enfrentar la crisis económica sugiere que se producirá un cambio de gobierno hacia uno de oposición u otro del propio chavismo. “La transición política asume una alta probabilidad de un cambio hacia una política de mercado más amigable”.
En su informe dice que 2016 promete ser un año mucho más interesante para analizar los hechos que se suscitarán luego de las parlamentarias “no solo desde la perspectiva del déficit del flujo de caja de la nación, sino también por los efectos colaterales de la crisis económica dentro de lo que es el riesgo político y social”.
Fuente El Nacional
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